Industria 5.0: más humana, sostenible y resiliente
La industria 5.0, a la que se suele aludir también como quinta revolución industrial, es un nuevo paradigma de desarrollo impulsado por la Comisión Europea. A través de él, se aboga por fomentar una actividad industrial que trascienda objetivos técnicos o económicos, como la productividad y la eficiencia. La industria 5.0 busca promover otros propósitos también esenciales para el futuro del sector, como el bienestar humano, la sostenibilidad y la resiliencia.
Industria 5.0: definición y origen
El término industria 5.0, acuñado por la Comisión Europea, nace como un concepto complementario al de la industria 4.0. Este nuevo enfoque promueve el desarrollo industrial hacia un modelo productivo centrado no solo en la innovación tecnológica y el crecimiento económico, sino también en el compromiso con prácticas responsables con el medio ambiente. También fomenta el afianzamiento de estrategias de resiliencia que fortalezcan al sector frente a disrupciones súbitas como la derivada de la pandemia de coronavirus.
Este programa, cuyas líneas maestras aparecen recogidas en el informe Industry 5.0 – Towards a sustainable, human centric and resilient European industry, es el resultado de las deliberaciones que tuvieron lugar en dos talleres virtuales organizados en julio de 2020. En estos encuentros participaron diferentes organizaciones de investigación y tecnología, así como agencias de financiación de toda Europa. Todos los participantes acordaron la necesidad de integrar mejor las prioridades sociales y medioambientales de la Unión Europea en la innovación tecnológica, cambiando el enfoque individual de la tecnología por un enfoque sistémico.
Diferencias entre la industria 4.0 y la industria 5.0
La industria 5.0 no es una evolución de la industria 4.0 ni tampoco un paradigma alternativo diseñado para sustituirla. En cierto modo, se trata de una llamada de atención sobre el rumbo que ha tomado la industria 4.0. Según la Comisión Europea, la cuarta revolución industrial se ha focalizado sobre todo en la digitalización de procesos y el uso de la inteligencia artificial para incrementar la productividad y la eficiencia, relegando entre sus prioridades el rol de los trabajadores que intervienen en el tejido productivo o la transición hacia modelos de desarrollo más sostenibles.
En la industria 5.0, el factor humano recupera protagonismo y se reubica en el centro del proceso de producción. De acuerdo con esta premisa, la tecnología debe estar al servicio humano y no al revés, por lo que se aspira a avanzar hacia un escenario de plena colaboración hombre-máquina. Dicho de otra manera, si la industria 4.0 se basa en la interconectividad entre máquinas y sistemas informáticos, la industria 5.0 busca combinar los roles de humanos y máquinas a fin de reforzarse y complementarse.
Características de la industria 5.0
El modelo de crecimiento y desarrollo auspiciado por la industria 5.0 se asienta sobre tres pilares fundamentales:
- Sostenibilidad. Desarrollar sistemas de producción basados en energías renovables es uno de los requisitos que fomenta la industria 5.0. Con el objetivo de reducir un 55% las emisiones de carbono para 2030, la Comisión Europea señala en su informe que la industria debe ser sostenible para respetar los límites planetarios. Por consecuencia, recomienda desarrollar procesos circulares que reutilicen y reciclen los recursos naturales, reduzcan los desechos y minimicen el impacto ambiental.
- Enfoque humano. La industria 5.0 coloca al ser humano en el centro del modelo productivo. La premisa es clara: en lugar de cuestionarnos qué podemos hacer con las nuevas tecnologías, nos preguntamos qué puede hacer la tecnología por nosotros. Además, este aspecto más social y humano se asegura de que el uso de la tecnología no atente contra los derechos fundamentales de los trabajadores, como el derecho a la privacidad, la autonomía y la dignidad humana.
- Resiliencia. La resiliencia se ha convertido en un factor clave para combatir la pandemia contra la COVID-19. El informe de la Comisión Europea revela que los cambios geopolíticos y las crisis naturales, como la pandemia de la COVID-19, ponen de manifiesto la fragilidad de nuestras industrias. En consecuencia, tener la capacidad para adaptarse a situaciones adversas con resultados positivos es una obligación en la nueva industria 5.0.
Con una perspectiva sostenible, humana y resiliente, la industria 5.0 pretende afrontar con éxito las disrupciones y desafíos, empleando la tecnología para lograrlo.
Tecnologías para avanzar hacia la industria 5.0
Según la Comisión Europea y dentro del marco tecnológico, existen seis categorías clave para impulsar la industria 5.0:
- Interacción individualizada hombre-máquina.
- Tecnologías bioinspiradas y materiales inteligentes.
- Gemelos digitales y simulación.
- Tecnologías de transmisión, almacenaje y análisis.
- Inteligencia artificial (IA).
- Tecnologías para la eficiencia energética, el uso de energías renovables, el almacenamiento y la autonomía.
Este marco tecnológico debe ser un aliado estratégico para avanzar hacia las metas de la industria 5.0. El análisis predictivo, por ejemplo, ofrece herramientas para fortalecer la resiliencia del sector con el propósito de anticiparse a posibles contingencias, como cambios meteorológicos o variaciones en la demanda.
Por su parte, los cobots (robots colaborativos), máquinas diseñadas para trabajar con los operarios y eximirles de las tareas más exigentes, peligrosas o repetitivas, cobran cada vez más protagonismo en los centros productivos y bodegas. Esta circunstancia es alentadora, ya que el auge de los cobots confirma la viabilidad de un modelo tecnológico en el que la máquina y el ser humano comparten el protagonismo y trabajan en armonía.
Industria 5.0, un cambio de paradigma
La industria 5.0 se encuentra en una fase embrionaria porque todavía estamos inmersos en mejorar y optimizar la industria 4.0 gracias al uso de las tecnologías que existen en el mercado. A pesar de ello, la finalidad es impulsar una industria más resiliente, sostenible y enfocada al factor humano.
La Industria 5.0 beneficia a los trabajadores, a las empresas y a nuestro planeta. En este momento de cambio de paradigma en el que nos hallamos no se busca solo la eficiencia y la productividad, sino que la producción respete nuestro medio ambiente y ponga en valor al trabajador.