Cómo lograr una cadena de suministro resiliente
Se define ‘resiliencia’ como “la capacidad de un material o de un sistema de recuperar su estado inicial cuando ha cesado una perturbación a la que había estado sometido”. En términos logísticos, se entiende como una cadena de suministro resiliente aquella que es capaz de sobreponerse eficazmente a las múltiples disrupciones que se le presentan, logrando que la preparación y entrega de los pedidos se hagan según las condiciones pactadas previamente a pesar de los incidentes que puedan surgir.
A través de un diagnóstico logístico se analiza el estado del mercado y de la competencia, con el fin de aplicar los cambios precisos para mantener o ganar en competitividad. Para ello, las cadenas de suministro resilientes deben asumir una estrategia de logística integral, que entrañe una compartición total de datos entre sus múltiples participantes. Hay que tener en cuenta que una cadena de suministro digitalizada e integrada es más adaptable a los cambios.
La capacidad de resiliencia
Un estudio de la Michigan State University constata que la resiliencia en la cadena de suministro debe basarse en dos puntos críticos
- Capacidad de resistencia: la habilidad del conjunto de actores que forman la cadena de suministro de retrasar la disrupción y, sobre todo, de reducir su impacto en el producto. Primero hay que intentar zafarse del problema en la medida de lo posible y, en segundo lugar, hay que tomar las medidas adecuadas para mitigar sus efectos.
- Capacidad de recuperación: la virtud de analizar y tomar decisiones en base a los resultados y, así, sobreponerse a la disrupción. Su principal característica es que las empresas que forman la cadena de suministro deberán primero atravesar una fase de estabilización para luego volver a los resultados anteriores ─o incluso mejores si fuese el caso─.
Estos principios se pueden aplicar tanto para disrupciones por causas naturales ─por ejemplo, tsunamis o terremotos─ como tecnológicas, debido a la aparición de nuevas tecnologías como el blockchain o el big data. Pero, ¿qué es exactamente una disrupción y cómo puede afectar a la cadena de suministro de un producto?
Cómo medir la resiliencia de una empresa
La cadena de suministro puede sufrir múltiples tipos de incidentes que alteren su funcionamiento, desde fenómenos naturales hasta problemas tecnológicos. Se denomina disrupción en la cadena de suministro cualquier perturbación que se produzca en uno o en más de los eslabones de la cadena y cuyo origen sea externo.
Las disrupciones en logística pueden estar ocasionadas por factores naturales, como por ejemplo, un terremoto o una nevada; biológicos, como es el caso de una pandemia como la del coronavirus; a raíz de decisiones políticas, como un guerra comercial entre países; o, por último, por causas tecnológicas, como podría ser un ciberataque o una fuga de datos.
Pero, ¿cómo afectan las disrupciones a la cadena de suministro? Y, sobre todo, ¿cómo convertirla en resiliente a las alteraciones? Investigadores de la Universidade NOVA de Lisboa han publicado la teoría sobre el “triángulo de la resiliencia”.
El gráfico representa el impacto de una disrupción según la gravedad de la perturbación y el tiempo de recuperación de cada actor de la cadena. Cuanto más pequeño sea el triángulo, mayor es la capacidad de resiliencia de la compañía analizada.
Así pues, analizando los riesgos y la gravedad a los que se enfrenta una empresa ─o el conjunto de organizaciones que conforman la cadena─ se puede visualizar cuán resiliente es la supply chain y así tomar acciones en pos de su estabilidad.
La conclusión del estudio portugués se centra en que la analítica debe formar parte de cualquier organización que quiera sobrevivir a los cambios estructurales que experimenta la industria y la logística.
Cómo conseguir una cadena de suministro resiliente
Entonces, ¿qué estrategias se deben adoptar para garantizar la estabilidad de una cadena de suministro ante cualquier disrupción? Estos son los 5 pilares para construir una logística resiliente:
- Digitalizar y compartir información con todos los eslabones de la cadena de suministro: el riesgo a la pérdida de información es, hoy en día, casi superior a la pérdida del propio material. Una fuga de datos puede poner en jaque a cualquier operativa logística. Es por esa razón que el uso de un sistema como los WMS, los ERP o sistemas MES de producción son fundamentales para sincronizar toda la cadena de suministro, evitando que una afectación pueda dar al traste con ella.
- Establecer una planificación logística previa: en el mercado existen muchas herramientas digitales para conducir análisis sobre los KPI de la compañía ─y del sector─ y así anticiparse a nuevas irrupciones. Por ello, la planificación debe incorporar el estudio de las actividades de la competencia, de los proveedores y sobre todo, de las expectativas del cliente.
- Implantar una política de mejora continua en la estrategia logística: una publicación de la consultora EY señala que es imprescindible que en la cadena de suministro se apliquen técnicas de mejora continua para reducir costos y, en especial, para responder mejor ante alteraciones del entorno. Esta tendencia se basa en identificar los problemas, definirlos e implementar soluciones para suprimir o paliar las dificultades.
- Diseñar un plan logístico y de producción flexible y adaptable: una de las claves de una cadena de suministro resiliente es la pronta recuperación. Por ese motivo, las compañías deben sincronizar sus operaciones para que etapas como la producción y la logística sean flexibles y se adapten rápidamente a nuevos escenarios. Una compañía que se anticipa a las tendencias y las incorpora ágilmente puede sacar provecho de cualquier alteración política o tecnológica.
- Invertir en soluciones de almacenaje eficientes: una bodega formado por sistemas de almacenaje automáticos (mediante transportadores o transelevadores) es la solución idónea ante cualquier percance. ¿Por qué? Garantiza la máxima productividad y, sobre todo, no depende del número de operarios para asumir la misma densidad de entradas y salidas de producto.
Hacia una cadena de suministro resiliente
En un contexto logístico complejo, donde las empresas interactúan con sus clientes a través de múltiples canales, cualquier disrupción puede suponer que un eslabón de la cadena de suministro cometa errores o deje de ser eficiente.
Por consiguiente, las compañías deben compartir datos, asegurar la trazabilidad del producto y garantizar la transparencia en la fabricación, almacenamiento y entrega del pedido con vistas a evitar esas deficiencias. Una cadena de suministro integrada y donde los actores cooperan está mejor capacitada para superar dificultades externas e internas.
Desde el diseño de un plan de fabricación y de logística, hasta la necesidad de invertir en soluciones automáticas en el centro de producción y distribución, la cadena de suministro demanda la implantación de técnicas de mejora continua para consolidar su resiliencia a las alteraciones del entorno.
La digitalización de los procesos logísticos y la automatización de las operativas se han convertido en la mejor solución para contar con una cadena de suministro resiliente e integrada. Si quieres más información sobre los beneficios de implantar sistema en tu bodega, no dudes en contactarnos. Un asesor experto te aconsejará la mejor solución para tu compañía.