Centro logístico: pieza clave en la cadena de suministro
Los centros logísticos se han convertido en un elemento protagonista dentro de una cadena de suministro cada vez más compleja. La transformación logística experimentada en los últimos años ha propiciado la creación de grandes centros de actividades logísticas próximos a las grandes urbes, en los que distintos operadores logísticos comparten espacio a fin de crear sinergias, aumentar la productividad y reducir costos. Estas áreas, conocidas como ZAL, hub logístico o polígonos industriales, están diseñadas específicamente para concentrar actividades logísticas y de transporte.
A su vez, un centro logístico también se asocia al término que en inglés conocemos como fulfillment center, que en español podría asimilarse a un centro de distribución. Es decir, un espacio que una empresa destina a almacenar, preparar y distribuir sus productos. En otras palabras, es una bodega adaptado y modernizado para poder abarcar más competencias logísticas, como la recepción, transporte interno, almacenaje, preparación y distribución de mercadería.
En este artículo profundizaremos en ambas definiciones de centro logístico, las funciones que acometen y los diferentes tipos que existen.
Centro logístico como zona de actividades logísticas
Un centro de actividades logísticas es una zona en la que se llevan a cabo actividades económicas y que está especialmente diseñado para ejercer labores logísticas. Por lo general, este tipo de centros logísticos están ubicados cerca de uno o varios nudos de comunicaciones, a fin de facilitar el transporte de mercadería.
La creación de estos grandes recintos es una consecuencia de la transformación que ha experimentado la cadena de suministro en las últimas décadas y que se ha visto acentuada con el auge del e-commerce.
Esta transformación del modelo ha obligado a reconfigurar los espacios logísticos y apostar por crear grandes áreas en las que varios operadores pueden centralizar todas las actividades relativas al transporte, almacenaje y distribución de mercaderías, tanto para el tránsito nacional como internacional. Todo ello, con el propósito de fomentar la productividad y rebajar costos.
Tipos de centros de actividades logísticas
Cuando hablamos de centro logístico como un área dentro de la ciudad, existen distintos tipos en función de la actividad que realizan y su ubicación. A grandes rasgos, se pueden clasificar en:
- Zona de Actividad Logística (ZAL): son infraestructuras relacionadas con la actividad portuaria, marítima o fluvial. La principal característica de los ZAL es la excelente ubicación geográfica, cercanos al mar y con buenas conexiones, ofreciendo una logística intermodal bien comunicada con el transporte aéreo, marítimo y/o terrestre.
- Centro Integrado de Mercadería (CIM): es una plataforma en la que se efectúan variadas actividades de transporte, logística y distribución. A diferencia de los ZAL, únicamente presta servicio mediante transporte por carretera. Suelen ser muy comunes en las proximidades de las ciudades, ya que abastecen de productos a los clientes de las grandes urbes.
- Hub logístico: también conocido como nodo logístico, es el epicentro en el cual tienen lugar todas las actividades vinculadas con el transporte, la logística y la distribución de la mercadería por parte de diferentes operadores. Destacan por su gran tamaño y un emplazamiento privilegiado.
- Plataforma logística: zonas logísticas especializadas con los elementos necesarios para agilizar el transporte, almacenaje y expedición de la mercadería. Estos centros no cuentan con ningún proceso de fabricación, pues únicamente se limitan a gestionar la mercadería desde su entrada hasta su salida.
- Polígonos industriales: a diferencia de las plataformas logísticas, estas instalaciones sí que pueden disponer de una zona donde manipular productos manufacturados.
Centro logístico como centro de distribución
Es también común referirse a centro logístico como una variante de bodega (en contraposición a una zona de actividades logísticas de varias empresas en una ciudad, según lo explicado en el apartado anterior). En este sentido, un centro logístico o centro de distribución es un espacio en el que se almacenan productos, se preparan pedidos y, posteriormente, se organizan las expediciones para su distribución, tanto a empresas minoristas como mayoristas. En dicho lugar se efectúan tareas relacionadas con la cadena logística: recepción, transporte interno, almacenaje, preparación y distribución de mercadería.
Para llevar a cabo todas estas operativas, los centros logísticos requieren que ese recinto esté optimizado y diseñado para que las zonas de almacenaje, picking, carga y descarga, e incluso, las oficinas convivan en armonía. A su vez, los centros logísticos se apoyan en tecnología de última generación. Están dotados de soluciones de almacenaje y equipos de manutención automáticos, así como de sistemas informáticos capaces de monitorizar a diario y en tiempo real miles de artículos.
Un centro logístico eficiente es aquel capaz de aportar un valor añadido a la cadena de suministro. Existen tres factores que nos ayudan a definir cómo es un centro logístico y, al mismo tiempo, a determinar su competitividad:
- Tamaño: cuánta más superficie tenga el centro logístico, mayor será la capacidad de almacenaje y más complejo será también el transporte interno de la mercadería. Lo ideal es encontrar el equilibrio entre espacio y capacidad de almacenaje requerida.
- Diseño: para realizar las diferentes operativas, los centros de logística cuentan con uno o varios sistemas de almacenaje, equipos de manutención, muelles de carga y oficinas. La distribución de estos elementos debe ser lo más optimizada y flexible posible, a fin de dar una respuesta rápida ante cualquier necesidad.
Ubicación: la localización del centro logístico influye no solo en el aspecto constructivo, sino, sobre todo, en el estratégico. Su ubicación dependerá de cuatro factores básicos, como son el tipo de producto que se almacena, los costos de infraestructura, la demanda de los pedidos y la competencia.
Funciones de un centro logístico
El cometido de un centro logístico, en el sentido de una sola instalación, es el de almacenar, preparar y distribuir los productos al comercio minorista y mayoristas de la forma más eficaz. Todo ello con el propósito de mejorar el rendimiento de la cadena de suministro.
La labor de un centro logístico va más allá del simple hecho de almacenar mercadería, pues participa directamente en los siguientes procesos de la cadena logística:
- Recepción: diariamente recibe mercadería procedente de los centros de producción u otros proveedores. Una correcta organización de la zona de cargas es clave para disponer de un centro eficiente.
- Almacenaje: después de verificar la mercadería, se almacena en los sistemas de almacenaje correspondientes en función de sus características y rotación.
- Transporte interno: el flujo de mercadería debe ser lo más ágil posible. Es primordial diseñar un recorrido óptimo para que los equipos de manutención, automáticos y manuales operen a pleno rendimiento dentro del centro de distribución.
- Preparación de pedidos: es la operativa más importante y a la vez la más compleja dentro de un centro logístico. Optimizar las rutas de picking aumenta la productividad y disminuye los costos de la compañía.
- Gestión del stock: conocer en tiempo real todas las existencias de la bodega resulta fundamental para prevenir errores que pueden repercutir en el buen funcionamiento de la instalación.
- Expedición: los pedidos se distribuyen tanto a clientes minoristas como a mayoristas.
Diferencia entre bodega y centro logístico
La principal diferencia entre una bodega y un centro logístico como instalación de almacenaje radica en la actividad y las operativas que allí tienen lugar.
En sus inicios, no había una diferencia significativa entre bodega y centro logístico, pues cumplían con la misma finalidad: almacenar la mayor cantidad de mercadería posible. Con el paso del tiempo, la gran mayoría de las bodegas se han transformado en centros logísticos porque no solo almacenan productos, sino que también participan en todas las actividades vinculadas con la cadena logística.
Por ese motivo, los centros logísticos disponen de todos los elementos imprescindibles para llevar a cabo el control del stock, la preparación y embalaje de los pedidos, el transporte interno y la distribución de la mercadería. Incluso, poseen oficinas a fin de supervisar el correcto funcionamiento de todas esas actividades.
A grandes líneas, podemos afirmar que los actuales centros logísticos son el resultado de la evolución de las bodegas tradicionales: con más operativas, más eficiencia y mayor participación en la cadena de suministro.
Centros logísticos 4.0
El protagonismo del Big Data y del Internet de las Cosas (IoT) está revolucionando la cadena de suministro. La logística 4.0 es ya una realidad y, por ende, es cada vez más frecuente hablar de centros logísticos 4.0.
Actualmente, el centro logístico como bodega mantiene inventarios mínimos, con artículos de alta demanda y un servicio inmediato. Para ser más eficientes y mantenerse competitivos, muchas compañías apuestan por implantar tecnología de última generación en sus instalaciones.
Asimismo, los centros logísticos 4.0 no solo apelan a la digitalización de sus procesos, sino que también aprovechan los constantes flujos de información, la analítica de datos o el control inteligente de la maquinaria, entre otros. Cuentan con sistemas informáticos capaces de monitorizar en tiempo real millones de artículos, así como sistemas de almacenaje y equipos de manutención robotizados que ejecutan de manera automática múltiples tareas.
La implementación de toda esta tecnología también va ganando terreno en los centros logísticos en el sentido de zonas de actividades. Los elevados volúmenes de movimientos de un ZAL o un hub logístico hacen de la automatización un requisito indispensable para alcanzar esa competitividad tan deseada. Al fin y al cabo, el objetivo tanto de las zonas de actividades logísticas como de los centros de distribución es claro: anticiparse a los cambios de la demanda y atender las nuevas necesidades de los clientes en el menor tiempo posible.