Códigos QR en logística: velocidad y flexibilidad
Los códigos QR forman parte de la logística desde que se crearon en 1994. Al igual que los códigos de barras, en las bodegas se utilizan, principalmente, para cumplir dos funciones: ayudar a los operarios a hacer el inventario con mayor rapidez y proporcionar una total trazabilidad, es decir, hacer un seguimiento de los productos a lo largo de los distintos procesos que superan en la cadena de suministro.
Según la consultora Future Marketing Insights, el mercado global de códigos QR fue valorado en 996,8 millones de dólares en 2018 y se pronostica que, entre 2019 y 2027, experimente un incremento anual del 8,7%. ¿Y en el sector logístico? ¿Qué impacto han tenido los códigos QR en la cadena de suministro? En este post, veremos cómo se usan y qué características y ventajas presentan.
¿Qué son los códigos QR?
Antes de entrar en materia, empecemos por definir qué es un código QR. Estas siglas, acrónimo en inglés de Quick Response (respuesta rápida), se refieren a un sistema de codificación creado para leerse con mucha rapidez. Los códigos QR almacenan distintos tipos de información: códigos numéricos, texto, enlaces a páginas web o incluso pequeños archivos binarios (con un límite de 3 KB).
Los ingenieros de Denso Wave, compañía japonesa filial del Grupo Toyota, desarrollaron los códigos QR con el propósito de superar las limitaciones que encontraban en los códigos de barras. Pero, ¿cuáles fueron estas limitaciones? En la planta de producción de esta compañía, los operarios debían escanear un gran número de códigos de barras e identificar muchas referencias, lo que requería tiempo y esfuerzo. Asimismo, con productos de distintos tamaños y características, necesitaban unos códigos más pequeños y que se adaptaran a las distintas dimensiones de los artículos.
En definitiva, el objetivo de Denso Wave era flexibilizar la gestión del inventario que ofrecían los códigos de barras. La rapidez de lectura se logró gracias al propio diseño de los códigos QR y, en cuanto al tamaño, los códigos QR más reducidos pueden medir un mínimo de 1,5 cm por cada lado.
Cómo funciona un código QR
Se compone de códigos cuadrangulares que constan de pequeños cuadraditos de color blanco y negro (denominados “módulos”). Veamos cuál es su estructura.
Tipos de códigos QR
En el mercado se pueden encontrar distintos tipos de códigos QR. El más habitual es el Model 2, una versión mejorada de modelo inicial que desarrolló Denso Wave. Asimismo, otros códigos como los micro QR, los SQRC o los FrameQR empiezan a proliferar en el mercado. Estas son algunas de sus particularidades y utilidades:
- Model 1 y 2. El modelo 1 es la versión inicial del código QR desarrollada por Denso Wave. El Modelo 2 es la versión mejorada y capaz de almacenar más información.
- Micro QR. Es la versión reducida del código QR. Dependiendo del contenido y del nivel de corrección de errores, puede tener hasta cuatro tamaños distintos.
- SQRC. Es un código QR con una restricción en la lectura de datos, por lo que sirve para administrar información privada e interna de una empresa.
- FrameQR. En este código se pueden añadir ilustraciones o fotografías sin dañar el contenido del mismo. Por ello, algunas empresas lo utilizan para añadir su logotipo y potenciar su imagen corporativa.
Las compañías emplean el tipo de código más conveniente en función de sus necesidades y particularidades. Por ejemplo, el Model 2, al disponer de una mayor capacidad de información, resulta el más adecuado para controlar los productos de la bodega.
Códigos QR en logística
Aunque los códigos QR fueron diseñados para emplearse en la manufactura, muy pronto se adaptaron también al sector logístico. Al gestionar más información y leerse con mayor prontitud, son ideales para controlar los productos a lo largo de los distintos procesos de la cadena de suministro.
Sin embargo, una empresa puede plantearse: ¿por qué debería implementar los códigos QR si ya utilizo los códigos de barras? Repasemos qué diferencias y ventajas presentan ambos códigos:
- Información. Las empresas gestionan multitud de datos sobre los productos (fecha de fabricación y de caducidad, propietario, nivel de demanda, particularidades que tener en cuenta a la hora de almacenarlos, etc.). Los códigos QR contienen una gran cantidad de caracteres ─hasta 7.089 caracteres numéricos, 4.296 caracteres alfanuméricos o 2.953 bytes─ o, lo que es lo mismo, hasta diez veces más información que los códigos de barras.
- Dimensiones. Las compañías trabajan con todo tipo de productos (tanto de gran envergadura como una nevera hasta pequeños como un microchip) y todos han de estar siempre correctamente etiquetados. Los códigos QR son igualmente efectivos independientemente del tamaño.
- Resistencia. Si los códigos de barras se dañan o ensucian, no se pueden leer. Esto no ocurre con los códigos QR. Gracias al patrón temporizador o de tiempo, se pueden recuperar los datos sin problema.
- Facilidad. Los códigos QR se leen con la mayoría de dispositivos habituales en una bodega. Su lectura es ágil independientemente de la orientación del terminal, al contrario de los códigos de barras, que solo pueden identificarse de forma horizontal.
El mayor inconveniente de los códigos QR es que, hoy en día, los códigos de barras están mucho más extendidos en el mercado. Las compañías están acostumbradas a trabajar con códigos de barras para identificar los productos e implementar los códigos QR en sus negocios supone un esfuerzo.
Además, ciertos productos son difíciles de etiquetar mediante códigos QR por una cuestión de forma. Un ejemplo son los cables, donde un código de barras convencional se adapta mejor.
Soluciones para trabajar con códigos QR en la bodega
Los códigos, ya sean de barras o QR, son muy prácticos para tener cada producto identificado. Si bien nacieron en la manufactura, los QR se introdujeron en la logística con el propósito de optimizar las operativas e identificar la mercadería con mayor rapidez.
Para trabajar con códigos QR en una bodega, tan solo se necesitan lectores láser específicamente adaptados para esta función. Deberemos comprobar que el dispositivo sea capaz de leer códigos 2D (además del habitual 1D) y, particularmente, el formato de código QR de nuestro interés.
En una bodega, en definitiva, todos los productos y procesos deben estar controlados por un sistema de gestión de bodegas (WMS), como Easy WMS de Mecalux. Al escanear un código QR o un código de barras, este WMS accede a los datos más relevantes sobre el producto (principalmente, referencia y rotación) y, así, es capaz de asignar una ubicación.
Logística codificada
Las empresas que están acostumbradas a emplear los códigos de barras en sus bodegas pueden plantearse implementar los códigos QR para lograr más agilidad en las labores de almacenaje y en la gestión del stock.
En una bodega donde se trabaje con códigos QR se necesita un sistema de gestión adecuado. En Mecalux disponemos de Easy WMS, un sistema capaz de operar con los códigos más comunes en las bodegas, incluidos los QR. Al leerlos con la ayuda de cualquier terminal de radiofrecuencia, el WMS adjudica una ubicación a cada producto teniendo en cuenta las particularidades de la compañía. Contacta con Mecalux para que te expliquemos cómo Easy WMS puede adecuarse a tu bodega.